A la hora de abordar los primeros momentos de la civilización china se suele aludir a la Dinastía Xia como la primera dinastía en la historia de China.

A la hora de abordar históricamente los primeros momentos de la civilización china se suele aludir a la Dinastía Xia como la primera en la historia de China. A pesar de ello, la bibliografía existente suele ofrecer al lector unas pocas líneas entremezcladas de mitología, referencias prehistóricas o, directamente, unos breves apuntes testimoniales que dan paso a la Dinastía Shang, ésta sí, mejor documentada y analizada. Este fue el caso cuando acudí a obras de referencia como «El mundo chino» de Jacques Gernet, «Historia de China» de Patricia Buckley Ebrey, o «Historia de China» de J.A.G. Roberts. Del mismo modo, las fechas suelen bailar considerablemente dependiendo de la fuente que consultemos,  lo que en ocasiones nos lleva a un mayor grado de confusión.

No son pocas las fuentes que confirman  que la Dinastía Xia existió, fue la primera dinastía china y, además, precedió a la Dinastía Shang, todo ello contado en unas pocas líneas que tendremos que aceptar rápidamente para continuar en nuestro recorrido por la historia antigua de China.

Xia-Shang-Zhou Chronology Project

A la hora de adentrarnos en el período histórico que ocuparía la civilización temprana en China, existe un importante problema de datación. Este es uno de los grandes problemas a los que se han enfrentado los especialistas durante cientos de años.

Para intentar atajar esta problemática, en el año 1996 se creó el “Xia-Shang-Zhou Chronology Project” (夏商周断代工程; Xia Shang Zhōu Duàndài Gongcheng), con la intención de construir una cronología definitiva sobre la antigua China, a partir de la considerada primera dinastía, la Xia (夏; Xià). El proyecto fue encargado por el gobierno chino y reunía a un grupo multidisciplinario de 200 especialistas en historia, astronomía, arqueología y técnicos en datación por radiocarbono, encargados de resolver el enigma cronológico (LEE: 2002).

Tras cuatro años de investigación, en noviembre del año 2000, aparecía una nueva tabla cronológica que databa los inicios de la civilización china en el año 2070 a.n.e. Este era uno de los grandes objetivos con los que partía el proyecto, sin embargo, esta nueva datación no ofrecía grandes cambios con respecto a la información elaborada por Sima Qian (司马迁; Sīmǎ Qiān) en sus “Memorias Históricas” (史记; Shǐjì), unos dos mil años antes.

Tras la presentación de los resultados, no tardaron en aparecer las primeras críticas por parte de los medios de comunicación y expertos académicos, aludiendo a un marcado sesgo nacionalista en el desarrollo del proyecto y sus resultados.

Sin entrar en profundas consideraciones sobre construcciones históricas y nacionalismos, parece evidente que tanto la historia como la arqueología se han visto conducidas hacia una fuerte politización. No es extraño pues, que cada país apueste por estas disciplinas como mecanismos para hallar los restos de un pasado que ven como suyo y que es utilizado como legitimación de su presente, aspecto éste que ha sido ampliamente utilizado a lo largo de la historia. No obstante, en la actualidad encontramos en esta instrumentalización, sobre todo en el campo de la arqueología, una mayor sistematización de los procesos, lo que ha llevado a un exponencial crecimiento en los hallazgos y resultados obtenidos.

Xia en los registros documentales

La literatura clásica, las inscripciones en hueso y los bronces han servido de gran ayuda para documentar el período histórico de los Shang (商;Shāng) y los Zhou (周; Zhōu). Por contra, existen argumentos que rebaten la información relativa a los Xia (HAIR: 2013). En primer lugar, porque las primeras alusiones a los Xia son elaboradas a partir de la Dinastía Zhou, lo que se argumenta como una creación histórica para legitimar su “mandato del cielo” (天命; tiānmìng).

Durante la Dinastía Zhou, el impacto del confucianismo y su canon textual alude a las “Tres Dinastías Legendarias”, entre las que se incluyó la Dinastía Xia. En ellos podemos encontrar una radiografía en la que se describe a una sociedad pacífica y armonizada, sinónimo de unidad política y cultural (JIANG: 2007). Toda esta serie de valores y suposiciones vienen a estar sustentados en los textos antiguos: “El Libro de Poesía” (詩經; Shī Jīng), “El Libro de los Documentos” (书经; Shū jīng),  “El libro de los Ritos” (礼记; Lǐ jì) y “El libro de los Cambios” (易经;Yì jīng) . También, Confucio trató de difundir los textos de los “Anales de las Primaveras y Otoños” (春秋,Chūnqiū), así como otros textos. El estudio de este gran compendio textual acabaría convirtiéndose en imperativo moral, que con el paso del tiempo, sería fuente indispensable en el estudio de la historia de la antigüedad china.

Esta situación pone en cuarentena los textos citados puesto que servían para un fin concreto, muy alejado de un ejercicio de reconstrucción histórica sin pretensiones políticas. Situación muy parecida le ocurrirá también a los “Anales del Bambú” (竹書紀年; Zhúshū Jìnián). Con esto no pretendo deslegitimar esta serie de obras, ya que ofrecen información valiosa con respecto al período que representan, sino más bien referir que para la reconstrucción histórica de los Xia, se muestran insuficientes.

En segundo lugar, las inscripciones en hueso Shang no dan muestras de un poder Xia, si bien éstas solían estar relacionadas con acontecimientos diarios, no representaban un papel documental. Además, en las inscripciones no hay ningún caracter que aluda a los Xia, ocurriendo del mismo modo con los bronces. Esta situación suele establecer que los Shang no tenían un interés por los anteriores gobernantes, más allá de los sacrificios del linaje dinástico Shang.

Por último, el caracter referido a los Xia (夏) puede aludir a diversos significados: grande, verano, jaspeado, nombre dinástico y un epíteto de los habitantes los Llanos Centrales (中原; Zhōngyuán) (HAIR: 2013). Por lo que es difícil acertar a cuál de ellos se refiere y que relación guardan entre sí.

Xia en los registros arqueológicos

Los hallazgos arqueológicos han podido demostrar que existían un gran número de espacios de poder o entidades políticas a lo largo del período antiguo, al margen de las tres dinastías oficiales de la antigüedad (Xia, Shang, Zhou), lo que produce una clara contradicción con la teoría histórica unilineal trasmitida en los registros documentales y desarrolla un enfoque más complejo, que demostraría la existencia de núcleos más allá de los márgenes del río amarillo.

A mediados del siglo XX se produjo un renovado interés por encontrar restos arqueológicos de la dinastía Xia. Unos pocos años después, en 1960, darían con el descubrimiento de Erlitou, en la provincia de Henan, un complejo rico y expansivo que ofrecía una mezcla de componentes multiculturales neolíticos (LEE: 2002). Tras las investigaciones del yacimiento se estableció una división en cuatro fases de desarrollo (I-IV), demostrando que Erlitou llegó a ser a asentamiento altamente organizado y un centro urbano de referencia con capacidades administrativas y ceremoniales.

Yacimientos de Erlitou, Shixianggou, Erligang, Anyang, Dinastía Xia
Mapa extraído de wikimedia commons y editado por Red China

Con el descubrimiento de Erlitou, no tardaron en aparecer un gran número de teorías, que fueron desde su integro desarrollo entorno a la cultura Xia, su relación con Xia en las primeras fases, hasta su total desarrollo bajo la cultura Shang. Los investigadores más cercanos a la primera teoría, sostienen que Erlitou fue la capital de la dinastía Xia durante algún tiempo, por lo que de ello se establece indirectamente que Xia fue una organización socio-política de cierta entidad estatal. Sin embargo, aún hoy, no dejan de ser hipótesis que no han conseguido un consenso generalizado por parte de los investigadores.

Otros estudios basados en datación por radiocarbono y seriación cerámica aluden a Shixianggou como el sustituto hegemónico de poder de Erlitou, puesto que coincide su conversión en un gran centro de poder urbano con la disminución de influencia de Erlitou (LEE: 2002). Pero aquí nuevamente faltan datos que establezcan conexiones, ya que este nuevo yacimiento aparece ligado a la cultura Shang, sin que exista ningún nexo con la cultura Xia. Lo mismo ocurre con los yacimientos de Erligang y Anyang, que guardan relación con la cultura de Erlitou en relación al uso del bronce, pero que eximen de cualquier vinculación con Xia.

Conclusiones sobre la Dinastía Xia

La utilización de los textos clásicos, las inscripciones óseas y de bronce, y los restos arqueológicos, han aportado una gran cantidad de información valiosa para reconstruir los primeros momentos de la historia antigua China. Sin embargo, aún hoy no se ha podido constatar la existencia de un ente político llamado Xia y aún menos de una Dinastía Xia. Lo que sí parece evidente es la existencia de una red compleja de asentamientos, núcleos de poder o ciudades-estado que tuvieron un cierto desarrollo y control territorial anteriormente a la datación establecida para la dinastía Shang.

Si existe una crítica objetiva sobre el “Xia-Shang-Zhou Chronology Project” es que hace demasiado hincapié en ratificar el concepto de “Tres Dinastías Clásicas”, conservando la perspectiva unilineal, aspecto éste, que parece no sostenerse con los hallazgos arqueológicos. Los trabajos arqueológicos recientes indican que existían sociedades complejas que rodeaban los clásicos centros de poder, siendo el surgimiento de la civilización china el resultado de una compleja trama de interacciones entre los diferentes sistemas políticos y culturales.

Con el presente artículo he pretendido desarrollar un pequeño esbozo de lo que puede interpretarse con respecto a Xia, intentando ante todo, no convertir la historia de China en un refrito más, ayudando al interesado a encontrar herramientas que le ayuden a indagar sobre este período aún oscuro de la historia de China.

Fuentes consultadas:

J.A.G. ROBERTS (2008): Historia de China, Editorial Publicacions de la Universitat de València

JACQUES GERNET (1999): El mundo chino, Editorial Crítica.

PATRICIA BUCKLEY EBREY (2009): Historia de China, Editorial La Esfera de los Libros.

SHUYONG JIANG (2007): Into the Source and History of Chinese Culture: Knowledge Classificationin Ancient China, Libraries & the Cultural Record, Volume 42, Number 1, pp. 1-20.

YUN KUEN LEE (2002): Building the Chronology of Early Chinese History, Asian Perspectives, Volume 41, Number 1, pp. 15-42.

VICTOR H. MAIR (2013): Was There a Xià Dynasty?, Sino-Platonic Papers, Number 238, May.