El día 14 de mayo dio inicio el foro “Una Franja, Una Ruta” –considerado por muchos como el “evento diplomático más importante de China” –, el cual reunió a 57 países en dos días de negociaciones para materializar el proyecto de iniciativa china. Este acontecimiento, sin duda, refleja un paso más hacia la consolidación del estatus de China como “potencia núcleo”.
En febrero de 2016 publiqué un artículo sobre qué implicaciones tienen Las Rutas de la Seda de China. En aquél entonces aseveré que el proyecto chino ha tenido importantes avances en la construcción de infraestructura, pero que es muy probable la obstaculización de su consolidación en razón de numerosos retos regionales, como la inestabilidad política y económica de países por donde pasan Las Rutas.
En mayo de 2017 tuvo lugar en Beijing, China, el primer foro sobre la iniciativa de “Una Franja, Una Ruta”, o “Las Rutas de la Seda”. Esta reunión fue una excelente oportunidad para aclarar el significado de Las Rutas. En esta línea, es importante poner atención al uso de las palabras en el discurso oficial y, sobre todo, el “no oficial” pero muy vinculado al significado del proyecto.
En la revista Qiushi, del Órgano del Comité Central del Partido Comunista de China, fue publicado un texto titulado “Una Franja, Una Ruta – hacer la gran práctica de un mundo mejor”, tan solo minutos después de la finalización del evento inaugural del foro. En este texto se visualiza una intención de “corregir” las malas nociones sobre Las Rutas; se critica la percepción que se tiene de las Rutas como un “Plan Marshall” chino, y subraya el hecho de que la iniciativa china se adhiere a una “correcta construcción de ideas” conforme las tendencias actuales de desarrollo. En otras palabras, “China se encuentra del lado correcto de la historia”.
El gobierno chino define a su iniciativa como un “proyecto sistemático” que se adhiere a las tendencias de un mundo multipolar, de globalización económica, de diversidad cultural, de gran uso de las tecnologías de la información. Del mismo modo, apuntala a la promoción del libre comercio y una economía global abierta por medio de la conectividad de Asia, Europa y África. América Latina no se ubica en el horizonte de este proyecto.
Muchos han referido que la iniciativa es difícil de definir, y que es más un proyecto político que económico, ya que el concepto “Una Franja, Una Ruta” es sumamente subjetivo. Sin embargo, considero que dada las tendencias empíricas que ha marcado la idea de Las Rutas, China tiene una ambición muy concreta.
En este texto introduzco el concepto de “potencia núcleo”. Con base en la teoría de hubs-and-spokes (Cha, 2010), y combinando la noción china de “núcleo” (核心, hexin) conferido, históricamente, a algunos líderes políticos chinos, una “potencia núcleo” aspira a ser el eje de una dinámica global que tiene numerosas y diversas ramificaciones, pero que todas tienen en común su conexión con un centro neurálgico. Una potencia nucleo no es una potencia hegemónica porque no provee bienes públicos globales –más bien, reparte el costo de la provisión entre sus ramificaciones–, y porque no diseña instituciones para modificar al statu quo –más bien, se adhiere a las instituciones existentes.
La ambición del gobierno chino es, entonces, convertirse en el núcleo de las relaciones internacionales contemporáneas. La iniciativa de Las Rutas son pasos muy concretos hacia esa dirección.
Referencias
Cha, V. C. (2010). “Powerplay. Origins of the U.S. Alliance System in Asia”. International Security 34(3): 158-196.